El 20 de octubre, la Iglesia Católica conmemora a Santa María Bertilla Boscardín, una figura de profunda humildad y caridad, cuyo legado está íntimamente ligado a la Comunidad Dorotea.
Breve Historia de Santa María Bertilla Boscardín
Ana Francisca Boscardín nació en 1888 en Brendola, Italia, en una familia de campesinos. Era una muchacha sencilla, tildada a veces de «tontita» por su falta de agudeza intelectual, pero poseedora de una piedad profunda y una gran sensibilidad.
A los 17 años ingresó a la vida religiosa, tomando el nombre de María Bertilla. A pesar de los prejuicios iniciales en el convento, donde fue asignada a trabajos de menor importancia como la cocina y la lavandería, su verdadera santidad se manifestó en el servicio a los enfermos.
Trabajó como religiosa enfermera en el hospital estatal de Treviso, donde demostró una caridad y dedicación extraordinarias, especialmente con los niños enfermos de difteria y, posteriormente, con los soldados heridos durante la Primera Guerra Mundial. Su camino a la santidad fue descrito por el Papa Pío XII como el «Camino de los coches»: humilde, oculto y edificante.
Murió a los 34 años, el 20 de octubre de 1922, dejando un mensaje final de sencillez y dedicación: «Diga a las hermanas que trabajen solamente por el Señor, que todo es nada, todo es nada.» Fue canonizada por el Papa Juan XXIII en 1961.
Su Relación con la Comunidad Dorotea
Santa María Bertilla perteneció a la Congregación de las Hermanas Maestras de Santa Dorotea, Hijas de los Sagrados Corazones (conocidas como Hermanas Doroteas).
Ingreso y Vocación: A los 17 años, Ana Francisca ingresó a esta Congregación, donde comenzó su camino de santidad y recibió el nombre de María Bertilla.
Servicio al Carisma: El carisma de la Congregación se centra en la educación y la asistencia a los enfermos. María Bertilla encarnó perfectamente este último al servir como enfermera en los hospitales de su comunidad.
Modelo de Humildad: Su vida de obediencia, incluso cuando fue transferida de tareas o reprendida injustamente por su superiora (una actitud que ella aceptó con gran humildad), es un testimonio vivo del espíritu de la Congregación. Sus restos mortales reposan hoy en la capilla de la Casa Madre de la Congregación en Vicenza, Italia, siendo un modelo y una patrona para todas las Hermanas Doroteas.
Oración a Santa María Bertilla
«Oh Santa María Bertilla,
virgen y enfermera, que por tu gran sencillez y humildad
fuiste un reflejo de la caridad de Cristo hacia los pobres y los enfermos.
Te pedimos que intercedas por nosotros
para que podamos cumplir siempre con nuestros deberes
con espíritu de sacrificio, sin buscar alabanzas humanas,
y vivir nuestra vida con la convicción de que solo lo que se hace por Jesús es valioso. Amén.»
